26 Pasaba el rey de Israel por la muralla cuando una mujer clamó a él
diciendo: «Sálvame, rey mi señor!»
27 Respondió: «Si Yahveh no te salva, ¿con qué puedo salvarte yo?
¿Con la era o con el lagar?»
28 Díjole el rey: «¿Qué te ocurre?» Ella respondió: «Esta mujer me
dijo: “Trae a tu hijo y lo comeremos hoy; y el mío lo comeremos mañana.”
29 Cocimos a mi hijo y nos lo comimos; al otro día le dije: “Trae tu
hijo y lo comeremos”, pero ella lo ha escondido.»
30 Cuando el rey oyó las palabras de la mujer desgarró sus vestidos;
como pasaba sobre la muralla, el pueblo vio que llevaba sayal a raíz de su
carne.
31 Dijo: «Esto me haga el señor y esto me añada si hoy le queda la
cabeza sobre los hombros a Eliseo, hijo de Safat.»
32 Estaba Eliseo sentado en su casa y los ancianos estaban sentados
con él. El rey envió un hombre por delante, pero antes que
llegara el
mensajero a donde él, dijo él a los ancianos: «Habéis visto que este hijo de
asesino ha mandado cortar mi cabeza. Mirad, cuando llegue el mensajero,
cerrad la puerta y rechazadle con ella. ¿Acaso no se oye tras de él el ruido
de los pasos de su señor?»